Que os parece si hoy os enseño a hacer unos scones, pero esta vez una versión para adaptarla a recetas saladas.
Los podéis rellenar con lo que más os guste, yo los he utilizado para hacer los huevos benedict.
Los he hecho de un diámetro de 8 cm porque los quería utilizar para poner dentro los huevos benedict. Pero podéis hacerlos más pequeños de un diámetro de unos 5 o 6 centímetros (sería la medida ideal) y utilizarlos para servirlos como aperitivo. Rellenarlos de lo que más os guste.
Ingredientes:
- 140 gr de mantequilla bien fría
- 2 huevos a temperatura ambiente
- 12 gr de levadura química
- 240 gr de harina de trigo de todo uso
- Media cucharadita de sal
- 1 cucharadita de ajo en polvo
- Media cucharadita de bicarbonato sódico
- 120 gr de leche entera o buttermilk
- 80 gr de queso rallado chedar o manchego seco
- 1 cebolleta pequeña
- 1 clara batida para pintar
Elaboración:
- Forra una bandeja con papel vegetal.
- Tamiza la harina, la sal, el bicarbonato sódico y la levadura química, añade el ajo en polvo, mezcla y reserva.
- Añade la mantequilla a cubos y con los dedos pellizca, hasta conseguir una especie de serrín.
- Añade la cebolleta cortada finamente y el queso rallado, mezcla.
- Haz un hueco en medio y añade la buttermilk, con las manos vas integrando. Hasta conseguir que se una.
- Pon en una superficie de trabajo con un poco de harina espolvorea la superficie de trabajo. Extiende la masa y corta en cuatro trozos, superpone uno encima del otro y amasa . Repite esta operación 2 veces más. Para conseguir que se reparta bien todos los ingredientes.
- Extiende la masa en un rectángulo de uno grueso de 2’5 cm , con un cortapastas corta círculos de 6 o 8 cm de diámetro, haz cortes secos.
- Pon en la bandeja, separados entre ellos.
- Congela durante 30 minutos o introduce en el frigorífico durante 1 hora.
- Pinta con la clara de huevo batida.
- Hornea durante 15 o 18 minutos, hasta que adquiera un color dorado.
- Saca del horno y deja enfriar encima de una rejilla.
- Se pueden congelar perfectamente.